lunes, 18 de junio de 2012

Prohibido decir "Sí"

Una vez una amiga me pidió que la acompañara a visitar a su abuela. No sólo pagué el taxi, sino que compré remedios, facturas y la ayudé a cambiarla... si no me agarró una embolia ese día, no me agarra más.

Sin embargo, hubo otros momentos interesantes en mi vida solidaria. Basta con recordar el pedido de un vecino. Se iba de vacaciones y quería que le cuidara a su cocker. Si no me hubiera olvidado, todo hubiese salido de maravilla. Intenté explicarle que sólo era un perro. No lo entendió así.

El otro gran problema fue cuando acepté reemplazar a mi primo en su obra de teatro. Llegué dos horas antes para vocalizar, hacer ejercicios, recorrer el escenario. ¡Mi gran debut! ¡Mi momento soñado! Durante las siguientes 3 horas hice de árbol. Odio a Shakespeare.

Llegué a la casa de mi tía por la mañana. Tenía que cuidar a mi sobrinito. Hacía mucho tiempo que no nos veíamos. Tampoco sabía que con 16 años dan arresto domiciliario. Estuvo toda la tarde tratándome de convencer para que me tatuara una Virgen en el pecho. Después me pidió que le sacara la pulsera electrónica. Por suerte la policía lo mató en una balacera.

Mi gran error fue haberle dicho que sí a mi prima. Cuando me dijo que la ayudara a elegir algo sexy en diferentes locales de lencería imaginé una noche de acción. Lo único que saqué en claro es que la tía Berta usa 115 de corpiño y su color preferido es el violeta. A la semana a mí tío Samuel le practicaron un sten.